Sorpresa y preocupación definieron ayer las reacciones de los dirigentes políticos europeos ante el ascenso electoral de la extrema derecha en Francia. Mientras el primer ministro británico, Tony Blair, se mostró confiado en que los franceses 'rechazarán todo tipo de extremismo', el jefe del Gobierno danés, Anders Fogh Rasmussen, calificó de 'repugnante' la política del líder ultraderechista Jean-Marie Le Pen y lamentó su ascenso.
El jefe del Gobierno conservador italiano, Silvio Berlusconi, consideró que los resultados de las presidenciales francesas demuestran que 'el socialismo conservador' está en crisis en toda Europa, al tiempo que añadió que los comicios 'representan una deriva populista que los franceses creían que se estaba dando en Italia'. Entre los políticos que acogieron ayer con comprensión el ascenso del líder del Frente Nacional francés se encuentra el ultranacionalista austriaco Jörg Haider.
El ex presidente de Portugal y eurodiputado socialista Mario Soares se mostró ayer 'profundamente decepcionado' por el 'injusto' fracaso de Jospin en las presidenciales francesas. Soares responsabilizó de la derrota a 'la dispersión de la izquierda' y a la frustración del electorado ante la política europea de París.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de abril de 2002