Layne Stanley, la voz del grupo de grunge-metal Alice In Chains, fue encontrado muerto el 19 de abril en su casa de Seattle. Según la policía, el cantante estadounidense, de 34 años, llevaba varios días fallecido y a su alrededor se encontró material asociado con el consumo de heroína.
Aunque todavía no se ha determinado la causa de su muerte, la vida artística de Stanley estaba desde hace años vinculada profundamente a las drogas. Él mismo reveló en 1996 a la revista Rolling Stone que consumía heroína antes de que su grupo alcanzara la fama, pero que este consumo se incrementó según su popularidad crecía. Aseguraba que muchas de las canciones de Dirt, el álbum que les lanzó a la fama en 1992 y del que vendieron cuatro millones de copias, trataban de su adicción.
Alice In Chains fue el más duro de los grupos que lograron la fama desde la ciudad de Seattle, al rebufo de Nirvana, a principio de los noventa. Gran parte de su éxito se basó en la peculiar forma de cantar de Stanley. Una voz oscura, profunda y melancólica deudora de mitos clásicos del rock como Jim Morrison, pero también de vocalistas más metálicos como Ozzy Osbourne o Alice Cooper. El grupo se había disuelto en 1996, después de la grabación de un concierto acústico para la cadena televisiva MTV. Desde ese momento poco se sabía del cantante, que sólo había publicado, en 1998, una versión del tema de Pink Floyd Another brick in the wall (part 2) en la banda sonora de la película de terror The faculty.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de abril de 2002