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El cuadro de las santas Justa y Rufina de Goya vuelve a la catedral de Sevilla tras su restauración

La Consejería de Cultura repartió ayer con motivo del Día Internacional del Libro una antología de la obra de Luis Cernuda elaborada por otro poeta de excepción, Francisco Brines. La tirada de esta edición gratuita ha sido de 100.000 ejemplares. La publicación coincide con una exposición sobre el escritor en las ocho capitales andaluzas.

El cuadro de las santas Justa y Rufina, pintado por Francisco de Goya en 1817, ha vuelto a ser colgado en la sacristía de los Cálices de la catedral de Sevilla tras haber sido restaurado, según informó ayer el cabildo catedralicio. El cuadro Santa Justa y Santa Rufina ha permanecido fuera de su emplazamiento habitual desde el 17 de mayo de 2001, cuando fue trasladado al Museo del Prado para ser restaurado en sus talleres. La obra presentaba alteraciones cromáticas, totalmente subsanadas con esta intervención. El lienzo ha recuperado su profundidad y cromatismo originario.

La restauración del cuadro de las dos hermanas mártires ha sido sufragada con cargo a la exposición Goya y la imagen de la mujer, que, organizada por la asociación Amigos del Museo del Prado con motivo de su 25º aniversario, se ha celebrado en la pinacoteca madrileña entre octubre de 2001 y el pasado febrero.

El Museo del Prado, con motivo de esta restauración y de otras realizadas en sus talleres durante los últimos años, ha organizado una muestra de estas intervenciones donde ha sido expuesto el cuadro de las santas sevillanas junto al boceto de la obra realizado por Goya, que forma parte de los fondos de esta institución. Esta muestra, que ha permanecido abierta al público los meses de marzo y abril, ha permitido contemplar directamente el original de la obra junto a su boceto y comprobar los cambios que efectuó el artista aragonés al plasmar la obra definitivamente.

Las santas hispanorromanas Justa y Rufina fueron martirizadas en Sevilla hacia el año 287. Las dos hermanas se dedicaban a la venta callejera de cacharros de barro. Ambas se negaron a adorar a un ídolo pagano. Esta postura les llevó al martirio. Patronas de la ciudad de Sevilla y de los alfareros, su fiesta se conmemora el 19 de julio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de abril de 2002