La Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Navarra no aprecia 'ninguna incorrección' en la actuación judicial en el caso de Alicia Arístregui, asesinada el 8 de abril por su marido, Jesús Gil Peláez, a quien había denunciado cinco veces en dos meses. La sala considera que de esas denuncias 'no era fácil deducir una ulterior acción violenta como la que desgraciadamente tuvo lugar', según la comunicación difundida ayer por el presidente del tribunal, Rafael Ruiz de la Cuesta.
La sala estima que las diligencias judiciales posteriores a las denuncias se han tramitado según las normas. No se han apreciado, 'en principio', incorrecciones en el modo de proceder de los jueces que, el 14 de enero, en un auto del juzgado de instrucción número 3 de Pamplona, impusieron a Jesús Gil la prohibición de acercamiento a menos de 500 metros y de comunicación con su esposa. Ella había iniciado la separación.
Los jueces confirman que el 14 de enero Alicia Arístregui denunció amenazas de muerte por parte de su esposo que provocaron el auto de alejamiento y de las que fue informada la Policía Nacional. Posteriormente, Alicia y sus familiares presentaron otras cinco denuncias acusando a Jesús Gil de haber incumplido dicha medida cautelar, sin que en ellas se relataran nuevas amenazas o se denunciara la exhibición de armas. La mayoría de las diligencias se remitieron al juzgado de Instrucción número 3.
'Allá cada uno con su conciencia, pero en nuestras denuncias advertimos de que él era capaz de asesinar y mantenía un carácter muy violento. Ya en la primera denuncia informamos de que él siempre portaba una navaja', aseguró Eugenio Arístregui, hermano de la víctima.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de abril de 2002