El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, asegura estar dispuesto a 'no defraudar el voto de confianza' que le ha dado el Parlamento al aprobar por consenso las leyes constitutivas del nuevo Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Ayer mismo, ofreció ampliar dicho consenso a las 'líneas maestras' del desarrollo del nuevo servicio secreto.
El pleno del Senado respaldó abrumadoramente los proyectos de ley reguladores del CNI y del control judicial previo de aquellas operaciones que afecten a la inviolabilidad del domicilio o el secreto de las comunicaciones.
PP, PSOE, CiU y Coalición Canaria rechazaron los vetos presentados por IU, PNV, Eusko Alkartasuna y Bloque Nacionalista Galego. El apoyo a las dos leyes rondó el 95% de los votos. Fue, en palabras de un parlamentario popular, una 'burbuja de consenso' que sobrevivió sorprendentemente en medio de las tormentosas relaciones entre el Gobierno y los socialistas.
Sin ocultar su satisfacción, Trillo-Figueroa dijo en los pasillos del Senado que 'se han cumplido los dos principales objetivos de la política de Defensa en esta legislatura: la supresión del servicio militar y la reforma del Cesid'. Al no haberse introducido ninguna enmienda en la Cámara alta, las dos leyes irán directamente al BOE. El día de su publicación pasará a la historia el Centro Superior de Información para la Defensa (Cesid), que el general Gutiérrez Mellado creó en 1977 y el 4 de julio iba a cumplir 25 años.
En las próximas semanas se constituirá oficialmente la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia, presidida por Mariano Rajoy, que ya ha celebrado una reunión informal. Su primera misión será proponer al presidente del Gobierno los objetivos anuales del CNI, eje de la primera directiva de inteligencia. De su contenido será informada la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, inaugurándose así el control parlamentario del nuevo centro.
El Consejo de Ministros aprobará también en breve el decreto de estructura orgánica del CNI. El director del centro seguirá siendo el actual secretario de Estado del Cesid, Jorge Dezcallar, mientras que el Consejo de Ministros debe nombrar a su número dos, con rango de subsecretario. Los primeros pasos del CNI se completarán con la eleccción del magistrado del Supremo que se encargará de su control. Aunque este nombramiento corresponde al Consejo General del Poder Judicial, Trillo-Figueroa expresó ayer su confianza en que el consenso se traslade también al órgano de gobierno de los jueces, dividido entre los vocales propuestos por el PP y por el PSOE.
La desaparición del Cesid deja, sin embargo, algunos flecos. Aún están pendientes los indultos solicitados por Emilio Alonso Manglano, ex director del Cesid, y cinco agentes del centro por el caso de las escuchas. Otro ex director, Javier Calderón, se sentará en el banquillo en Vitoria por el espionaje a HB.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de abril de 2002