José María Aznar ha encargado a su vicepresidente primero, Mariano Rajoy, un estudio para proceder a una reforma de la Administración antes de que finalice la legislatura. El Consejo de Ministros dio ayer luz verde al estudio de dicha reforma, cuyo objetivo es acoplar la Administración central al proceso de descentralización autonómica, en su fase más avanzada, con la cesión de las competencias de sanidad y educación a las autonomías, y a los nuevos retos sociales, como la inmigración y el medio ambiente, y políticos como la defensa y la seguridad. Se trataría de trasladar medios y empleados públicos de aquellos ministerios que han perdido competencias hacia los departamentos con nuevos retos.
El ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, presentó un informe ante el Consejo de Ministros de ayer del que se deduce la necesidad de dotar de más medios a Interior, Exteriores y Medio Ambiente. En el caso de Asuntos Exteriores justifica la necesidad del incremento de medios en 'el aumento de nuestra presencia internacional con la integración de la Unión Europea y la participación en organismos internacionales'. El informe también señala la necesidad de fortalecer 'algunas áreas de acción pública relacionadas con la inmigración', en referencia a Interior, donde también apunta que debe potenciarse la investigación y ceder las tareas auxiliares, como la vigilancia, a empresas especializadas. También pide potenciar la protección del medio ambiente, el fomento de la investigación y la promoción de nuevas tecnologías, en referencia a los Ministerios de Ciencia y Teconología y Medio Ambiente.
Paralelamente, Posada apunta un exceso de medios en los departamentos de Educación y Sanidad por 'el cierre de traspasos del Estado a las autonomías'. Rajoy coordinará a los Ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas en la realización del estudio del que rendirá cuentas cada seis meses.
Los socialistas han sido muy críticos con este anuncio del Gobierno. Su portavoz en la Comisión de Administraciones Públicas del Congreso, Angel Martínez Sanjuán, dijo ayer que 'tras una literatura propagandística, se encierra poco contenido, políticas centralistas y una reforma a espaldas de los empleados públicos, de los ciudadanos y el Parlamento'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de abril de 2002