El primer ministro británico, Tony Blair, se vio forzado ayer a intervenir en defensa de la policía londinense tras la puesta en libertad, el día anterior, de los dos principales acusados de asesinar al niño Damilola Taylor. El jurado consideró inocentes a dos adolescentes en un juicio que desveló importantes fallos en las investigaciones policiales y en la diligencia de la fiscalía pública. 'Debemos, sin duda, aprender lecciones, pero también debemos tener en cuenta que la polícia desempeña una tarea muy difícil y no debemos apresurarnos a emitir un juicio de valor', señaló el primer ministro.
Damilola, un escolar nigeriano, murió desangrado en la escalera de unas viviendas sociales de Londres por una herida cuya autoría se atribuye a alguna banda juvenil. Su muerte tuvo un eco político. La policía, que respondía entonces a acusaciones de 'racismo institucional' tras el asesinato sin esclarecer de otro estudiante negro, se vio presionada para obtener resultados. La conclusión del juicio sin culpables ha generado petición de una investigación parlamentaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de abril de 2002