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REPORTAJE

De camino vecinal a eje cosmopolita

El paseo, que no fue urbanizado hasta 1911, adquirió su actual fisonomía con la Exposición Iberoamericana de 1929

Nació como una carretera vecinal y se ha convertido en una de las vías vertebradoras de la Sevilla más cosmopolita. Según recoge el Diccionario de las calles de Sevilla, la avenida de La Palmera se formó en 1864 para prolongar el Paseo de las Delicias, aunque no se urbanizó hasta 1911. Para entonces, ya había sido rotulada con el nombre que hoy mantiene, y que en su origen le vino dado por una palmera que se alzaba en la glorieta en la que terminaba la avenida.

No obstante, la especial relevancia de esta vía, tanto por su belleza como por constituir la entrada principal desde Cádiz a Sevilla, la ha sometido a diversos cambios de nombre a lo largo del siglo XX, casi siempre en consonancia con las circunstancias políticas: desde avenida de la Reina Victoria, por ser el lugar favorito de la esposa de Alfonso XIII, a avenida de Mayo (1931) o avenida de La Victoria (1936). Hasta 1980 no se le restituyó su nombre original con el que, no obstante, siempre había sido conocida.

En los años veinte, La Palmera es incluida en el plan de obras de la Exposición Iberoamericana de 1929, lo que provocó su transformación. El ensanchamiento del paseo se llevó a cabo mediante expropiaciones, parte de las cuales tuvieron como excusa la ubicación de la Feria de Abril en su acera izquierda.

La normativa que prohibía los usos industriales en esta vía y regía sus edificaciones se había aprobado en 1920: viviendas familiares independientes, rodeadas de jardines para separarlas de la acera. Allí, las familias más acomodadas se construyeron lujosos palacetes residenciales, muchos de los cuales se han convertido en los últimos años en sede de importantes empresas e instituciones. Algunos se alzan sobre la misma estructura que las edificaciones primitivas, mientras que otros han enterrado casas con mucha historia: como la que perteneció a la familia Luca de Tena, un diseño regionalista de Aníbal González cuyo solar acoge hoy la moderna sede regional del BBVA.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de abril de 2002