La brecha entre ricos y pobres es cada día más ancha y profunda Son los países de rentas altas y medias quienes más se benefician de los flujos comerciales favorecidos por la globalización. Reciben 97 de cada 100 dólares generados por las exportaciones, y sólo tres van a los países pobres.
El comercio internacional genera crecientes recursos, pero debido a las reglas injustas que lo rigen estos beneficios no han podido ser dirigidos a la erradicacion de la pobreza. Las exigentes políticas del Banco Mundial y el FMI han forzado a muchos países pobres a liberalizar sus mercados sin considerar sus consecuencias sociales.
Los mercados del Sur han sido inundados por productos 'subsidiados' de los países ricos que han arruinado las economías locales. Además se mantienen hipócritamente restricciones a la importación de productos de esos países pobres (café, cacao, caucho...) de los que depende la supervivencia de millones de familias. Por ello, creemos preciso exigir un comercio con justicia. Ése es el lema de la campaña que acaba de lanzar Intermón Oxfam (www.comercioconjusticia.com). Hoy por hoy, las normas comerciales están dejando a millones de personas al margen, diseñando un mundo más desigual que nunca cuando podría ser más equitativo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de abril de 2002