El amor no tiene fronteras ni edades. El alcalde comunista de Vendas Novas durante 22 años, João Teresa Ribeiro, de 56, ha abandonado su cargo, esposa e hijos para huir a un pequeño poblado de Mozambique con una funcionaria del Ayuntamiento portugués, Maria Antónia Carvalho, de 44, también casada y con hijos. Conocido como uno de los dinosaurios municipales del país vecino, João Teresa Ribeiro ha dejado una carta en la que pide disculpas a la población por su inesperada renuncia al cargo debido, según confiesa, a una súbita e irrefrenable pasión. El alcalde explica que su decisión, 'tomada de forma consciente y responsable, será criticada, condenada y difícilmente comprendida por la mayoría de la población a la que he tenido mucho orgullo y honra en representar', pero justamente por ese respeto y consideración, afirma, 'no podría haber tomado otra medida sin violentar mi conciencia'. Y subraya para despedirse de sus vecinos: 'Me gustaría recordar y llamar la atención de que el acto de amar a alguien es un sentimiento natural, generoso, noble, edificante y humanista que debe ser respetado y comprendido, no condenado ni censurado, y mucho menos clasificado de crimen'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de abril de 2002