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La comisaria de Medio Ambiente critica a Loyola de Palacio por apoyar las nucleares

Matas recuerda a su compañera del PP que España no apuesta por las plantas atómicas

Las declaraciones de la comisaria de Energía y Transporte de la UE, Loyola de Palacio, en favor del mantenimiento de la energía nuclear si se quiere cumplir el compromiso de reducción de gases de efecto invernadero que establece el protocolo de Kioto merecieron ayer una dura réplica de la comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallström. "Para cumplir nuestros compromisos de Kioto no hay necesidad alguna de incrementar el uso de la energía nuclear", dijo. También el ministro español de Medio Ambiente, Jaume Matas, discrepó de su compañera de partido.

"Estoy en desacuerdo con Loyola de Palacio. No deberíamos obligar al ciudadano a optar entre el cambio climático y lo nuclear porque no es necesario. Cumplir con el Protocolo de Kioto no obliga a la UE a variar su sistema básico mixto de energía", declaró Wallström a EL PAÍS.

La comisaria de Medio Ambiente explicó: "No es un secreto que hay diferentes puntos de vista dentro de la Comisión Europea sobre el uso de la energía nuclear. Cada uno tenemos un punto de partida distinto. Y para mí lo importante es destacar que para cumplir nuestros compromisos de Kioto no hay necesidad ninguna de incrementar el uso de la energía nuclear".

La postura de De Palacio es, según Wallström, inoportuna. "Estamos trabajando duramente para la ratificación del Protocolo de Kioto e intentando aplicar el comercio de emisiones; por eso es importante no entrar ahora en este tipo de debates, que quizá deberían plantearse en el futuro, a largo plazo".

Alemania, Suecia, Dinamarca y Bélgica han decidido renunciar a la energía nuclear, pero Wallström recordó ayer que ninguno de ellos va a cerrar sus centrales antes de 2012, fecha límite establecida por el protocolo de Kioto. La comisaria opuso a lo nuclear la investigación e inversión en tecnologías limpias y energías renovables, cuyo potencial de uso "es cien veces mayor que el actual".

El ministro español de Medio Ambiente, Jaume Matas, compañero de partido de Loyola de Palacio, fue menos crítico que Wallström pero quiso marcar distancias. "Hay que respetar la opinión y los argumentos de Loyola de Palacio, pero hoy por hoy la apuesta de España es por las energías renovables, por la eliminación de las centrales térmicas tradicionales altamente contaminantes y su sustitución o renovación por plantas de gas de ciclo combinado", declaró el ministro en la reunión constitutiva del Consejo Nacional del Clima.

Datos del año 2000

Entre tanto, la Agencia Europea de Medio Ambiente difundió ayer los datos sobre emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en el año 2000 y el nivel de cumplimiento de cada país. La agencia destaca como negativo el aumento de emisiones en un 0,3%: en 1999 el volumen era un 3,8% inferior a las emisiones de 1990, y en 2000 la reducción se situó en un 3,5%. Este dato fue definido por Wallström como preocupante porque aleja a la Unión Europea un poco más de su objetivo final del 8% de reducción.

España es, también esta vez, el país más alejado de sus compromisos. El reparto de cargas aprobado por los Quince permite a España aumentar en un 15% sus emisiones en 2008- 2012 respecto a 1990. El aumento es, sin embargo, ya en 2000 del 33,7%.

La portavoz de Medio Ambiente de la Comisión, Pia Ahrenkilde, admitió que Bruselas puede abrir en el futuro un procedimiento de infracción a España, pero que tal posibilidad es el último recurso. "El acuerdo firmado por los Quince del reparto de emisiones es vinculante y, por tanto, se podría hacer, pero no ahora. Estamos a mitad de camino y confiamos en que España será capaz de cumplir".

Wallström destacó que el plan de Bruselas sobre cambio climático contiene hasta 40 medidas distintas y que países como España pueden adoptar planes suplementarios para reducir sus emisiones. "No es una tarea fácil pero estoy convencida de que hay todavía un gran margen de maniobra para cumplir los objetivos con un mayor ahorro de energía, la promoción de una energía más eficiente y la adopción de políticas decisivas respecto al transporte, la industria y la agricultura".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de abril de 2002