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Una juez de EE UU dictamina contra la detención de sospechosos del 11-S

Una juez estadounidense dictaminó ayer que el encarcelamiento de un joven jordano relacionado con la investigación de los atentados del 11 de septiembre es anticonstitucional. De ser confirmada por tribunales superiores, la sentencia podría tener un profundo impacto en la lucha antiterrorista del Gobierno de George W. Bush. Varias docenas de personas han sido encerceladas como testigos materiales desde los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

En una clara señal de rechazo al fiscal general (ministro de Justicia), John Ashcroft, la juez Shira Scheindlin, de Nueva York, dijo: "Utilizar la condidicón de testigo material para detener a gente presuntamente inocente, según nuestra Constitución, para prevenir posibles delitos es un uso ilegítimo de esa condición".

Scheindlin desestimó la acusación de perjurio contra Osama Awadalá, de 21 años y nacionalidad jordana, estudiante en California. Awadalá fue acusado de mentir ante un gran jurado sobre sus vínculos con dos de de los secuestradores del 11 de septiembre.

En una conferencia de prensa ofrecida en Washington, Ascroft defendió las detenciones de testigos materiales tras los atentados, al afirmar que "la opinión de una juez de Nueva York es una anomalía". "El uso de las órdenes de detención de testigos materiales es perfectamente legal y una práctica utilizada desde hace mucho tiempo", dijo el fiscal general. "Muchos otros jueces han autorizado el uso de testigos materiales".

En su sentencia, la juez Scheindlin, afirma: "Detener a Awadalá sólo para que testificase ante un gran jurado [que examina pruebas y testimonios previos a un juicio] fue ilegal. Esa interpretación lleva implícito el peligro de convertir la detención en norma, y la libertad, en excepción". La magistrada citó el caso del estudiante egipcio Abdalá Higazy, detenido el 17 de septiembre tras hallarse una radio de piloto en la habitación de hotel que ocupó el 11 de septiembre frente a las Torres Gemelas. Todas las acusaciones contra él fueron retiradas después de comprobarse que la radio no era suya y que un agente de seguridad del hotel mintió.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de mayo de 2002