Quiero manifestar en nombre de los vecinos de las barriadas de Los Toreros y Huerta de la Quemada, y seguramente de muchos más que se sentirán afectados, la repulsa e indignación que provoca el ver cómo se está urbanizando los alrededores del Parque Centro de Alcalá de Guadaíra.
Este parque, tras 12 años de interminables obras y total desinformación al ciudadano de los cambios en el proyecto, parece que toca a su fin; pero cuál no será nuestra sorpresa al ver que el acerado circundante es pequeño e impropio del lugar y no amplio como los vecinos han demandado al Ayuntamiento desde hace tres años por medio de escritos a través de la asociación de vecinos.
En un lugar donde va a concurrir gran número de personas y unas calles que sirven de tránsito obligado de muchos alcalareños para ir al centro de la población, el acerado que están colocando, en bastantes puntos, no permite pasar a dos parejas en sentido contrario sin obligar a ceder el paso una a otra.
Todas las calles que rodean al parque admiten la posibilidad de acerados de tres metros de anchura, como mínimo; pero según parece al Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, le preocupa más las plazas de aparcamiento que puedan obtenerse reduciendo el acerado, que la comodidad de los peatones cuando acudan a pasear y disfrutar del ansiado parque.
Esperamos que no sea esto otro botón de muestra de la mala gestión, de la falta de previsión, de la desorganización de un equipo de gobierno que no tiene en cuenta las justas reivindicaciones de los vecinos, y se estudien, debatan y programen las actuaciones municipales para conseguir esa calidad de vida que todos los alcalareños desean.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de mayo de 2002