El trienio negro del Barça se consumó ayer en Chamartín. Se le escapó el último tren de la temporada, la posibilidad de alcanzar el único título al que podía ya aspirar. Son ya 10 los títulos con los que no ha podido hacerse el Barcelona en los últimos tres años, a razón de tres Ligas, otras tantas Copas de Europa y Copas del Rey, y la Copa de la UEFA de la pasada temporada.
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Después de la prematura eliminación copera ante el Figueres, en noviembre, y de caer ante el Real Madrid, el equipo azulgrana se ve ahora acuciado por la necesidad de clasificarse cuando menos para disputar el año próximo la Liga de Campeones. Quinto en la Liga, el equipo de Carles Rexach recibe el domingo al Espanyol y cierra el campeonato en Zaragoza. Lo peor es que ni siquiera depende de sí mismo puesto que el Celta, con el que está empatado a 60 puntos, es cuarto porque tiene mejor goal average. Por lo tanto, el Barcelona necesita sumar un punto más de los que logre el equipo de Vigo, que el domingo recibe al Sevilla y concluye la Liga en el campo del Rayo Vallecano.
En cualquier caso, es un hecho que la política deportiva del Barça desde que está presidido por Joan Gaspart no ha obtenido los frutos apetecidos. Máxime cuando el presidente del club azulgrana estableció el objetivo de luchar por todos los títulos y lleva invertidos en los dos últimos ejercicios 178 millones de euros (unos 30.000 millones de pesetas), que han servido para fichar a 13 jugadores: Dutruel, Gerard, Petit, Overmars, De la Peña, Alfonso, Andersson, Geovanni, Rochemback, Christanval, Saviola, Bonano y Coco, de los cuales sólo cuatro fueron ayer titulares. La revisión de la política deportiva del club azulgrana parece ser poco menos que ineludible y de hecho desde hace ya meses se rumorea sobre los posibles sucesores de Rexach en el banquillo del Camp Nou.
Durante los 22 años de mandato del anterior presidente, Josep Lluís Núñez, el Barça nunca se había pasado tres años en blanco. La peor crisis se produjo durante la etapa final de Cruyff. Los dos últimos años del técnico holandés se saldaron con un único título, la Supercopa de España.
Ahora, la sequía del Barcelona dura desde que conquistó su última Liga, con Van Gaal, en 1999. Desde entonces, nada. La trayectoria europea azulgrana ha sido especialmente mala. Los éxitos de Van Gaal en España se correspondieron con dos de las peores temporadas europeas del Barcelona en Europa, las de 1998 y 1999, en las que sólo pudo lograr un total de tres triunfos en los 12 partidos de clasificación que disputó.
Un año después, con la lección bien aprendida y ya instaurado el nuevo sistema de dos liguillas previas a los cuartos de final, el Barça de Van Gaal ganó ambas tras permanecer invicto en los 12 partidos que saldó con nueve victorias y tres empates. Pero después de su arrollador comportamiento y de eliminar al Chelsea en cuartos de final, se estrelló en semifinales contra un pletórico Valencia. Todavía peor le fue el año pasado con Llorenç Serra Ferrer. Volvió a ser eliminado a las primeras de cambio después de ser superado en su grupo por el Milan y el Leeds. El tercer puesto le dio derecho a participar en la Copa de la UEFA, en la que, tras eliminar al Brujas y al AEK de Atenas, el Liverpool le cerró el camino en semifinales.
Esta temporada, el Barça ganó las dos liguillas de clasificación y eliminó al Panathinaikos en cuartos de final. Pero ayer, pese a su encomiable esfuerzo, se consumó su eliminación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de mayo de 2002