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La denuncia de cinco rumanas permite desarticular una red que las obligaba a prostituirse en la Casa de Campo

Las denuncias de cinco ciudadanas rumanas ha permitido a la policía desarticular en Madrid una red controlada por rumanos que introducía ilegalmente en España a mujeres de aquel país para después obligarlas a prostituirse en la Casa de Campo. Según la Dirección General de la Policía, las Unidades Contra Redes de Inmigración y Falsificación de Madrid y Almería iniciaron hace seis meses una investigación al recibir la denuncia de una rumana que aseguraba haber escapado de un grupo de compatriotas que la obligaban a ejercer la prostitución. La mujer denunció que Florica C. y su esposa, Elena Petronella G. -esta última con antecedentes por delitos relacionados con la prostitución-, la habían trasladado desde Rumania a España con la promesa de un contrato de trabajo en la hostelería.

La denunciante relató a la policía que durante su estancia en España había residido en dos pisos de Madrid -en la calle de Camarena, 220, y en el Camino Viejo de Leganés, 217- y que sus dos compatriotas la agredían y la amenazaban con atacar a su familia en Rumania si no se prostituía. A mediados de marzo, la comisaría de Moncloa-Aravaca recibió otra denuncia de dos rumanas que manifestaban haber sido captadas en su país por dos compatriotas llamados Florín y Tudor, los cuales les habían ofrecido trabajo en un restaurante español. A su llegada a España, las dos mujeres fueron trasladadas a un piso del número 10 de la calle de Santander, en Parla, donde ya residían tres hombres -uno de ellos llamado Marcel- y seis mujeres, a las que, como a ellas, obligaban a ejercer la prostitución. Posteriormente, la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación recibió una tercera denuncia de otras dos rumanas que relataban circunstancias idénticas y acusaban a las mismas personas.

La policía localizó a Florica C., supuestamente el máximo responsable de la red, en un piso de la calle de Isabella, en Guadalajara, y a su hermano, Marcel V., en otro de la calle de Santander de Parla, y constató que en ambos domicilios residían varias rumanas obligadas a prostituirse. Como consecuencia de esta investigación, la policía ha detenido a Florica C., a Sandu P. y a Rada M., todos ellos rumanos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de mayo de 2002