Una corte federal de apelación ha rechazado la demanda conjunta de miles de propietarios de Ford Explorer contra la marca automovilística y Bridgestone- Firestone que alegaban la colocación de neumáticos defectuosos.
La decisión marca un hito en la reciente historia automovilística de EE UU sacudida por este tipo de denuncias masivas (denominadas class-action), por el que miles de automovilistas se unen para solicitar indemnizaciones multimillonarias a las compañías. De hecho, el fallo significa que más de tres millones de propietarios del Ford Explorer, equipados con 15 millones de neumáticos Firestone, tendrán que presentar demandas individuales si quieren percibir alguna indemnización.
El fallo revoca la decisión tomada por la juez Sarah Evans Barker de Indiniapolis que en noviembre del año pasado aceptó la demanda conjunta.
Pero el caso de los neumáticos del Explorer, el todoterreno familiar más vendido del mundo, ya ha tenido consecuencias. Bridgestone-Firestone aceptó pagar 41,5 millones de dólares para que los 50 Estados del país retiraran una demanda por neumáticos defectuosos. En mayo de 2001, la relación entre Ford y Firestone, forjada durante 95 años de cooperación empresarial, se rompió entre recriminaciones y amenazas.
El fabricante de automóviles tuvo que prometer que sustituiría gratuitamente todos los neumáticos de su antiguo proveedor que circulan en sus vehículos. El problema se detectó el verano de 2000, al descubrirse que el todoterreno volcaba con una frecuencia inquietante. Los directivos de Ford dijeron que la culpa era de los neumáticos, y Firestone reconoció que, en efecto, existían fallos de fabricación.
Mientras Ford empezaba a sustituir 6,5 millones de neumáticos ya en circulación, el Congreso creó una comisión investigadora que llegó a la conclusión provisional de que al menos 174 muertes en carretera habían sido causadas por los defectos de las cubiertas de Firestone.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de mayo de 2002