Desde la creación de la Oficina de Ciencia y Tecnología en 2000, ésta se halla en el punto de mira de la asociación Joves Investigadors-Precaris, habida cuenta de que con las competencias asumidas por aquélla, las tribulaciones y bienestar de los becarios de investigación ('precarios' en la terminología acuñada por el colectivo) dependen en buena medida de este organismo. Una delegación de esta asociación se ha entrevistado recientemente con los responsables de la OCYT para tratar especialmente el tema de la convocatoria de becas, ya que otros asuntos que les conciernen y preocupan, como el paso de becas a contratos o la cobertura sanitaria, están pendientes de abordar con el propio director, Javier Quesada, que no pudo estar presente en ese encuentro.
Dada la especial sensibilidad de la asociación Precaris por los pagos de sus mensualidades como becarios (un atraso en los mismos fue la espoleta que motivó su nacimiento como asociación), éste fue uno de los temas abordados, obteniendo el compromiso de hacer todo lo posible para que los pagos se planifiquen con un mes de antelación y no se vuelva a producir un retraso de tres meses como el resgistrado a principios de este año. La Oficina, no obstante, tiene a mano como justificación de tales anomalías, el proceso de traspaso de competencias de la Consejería de Educación a esta nueva estructura dependiente de la Consejería de Competitividad. Una de las propuestas de la asociación fue la de hacer un convenio con las entidades bancarias para evitar nuevos atrasos. Un paso adelante es la automatización de las renovaciones de becas, que se harán tres meses antes de que finalice el año. Obtuvieron, por otra parte, la seguridad de que la duración de la beca es, en todo caso, de 48 meses, independiente del momento en que ésta se haya comenzado a disfrutar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de mayo de 2002