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OPINIÓN DEL LECTOR

Agrupaciones incontroladas

El sábado 27 de abril leí una carta titulada Fuente del Berro, según la cual el Ayuntamiento ha acabado, con éxito, con pacíficas reuniones de inmigrantes latinoamericanos, prohibiendo éstas por considerarlas 'agrupaciones incontroladas' que cometían el 'flagrante delito de ser muchos y consumir alimentos que no pasan ningún control sanitario'.

Si no fuera por lo grotesco y ridículo de las razones que el Ayuntamiento da para justificar su acción y mostrar su eficacia cuando quiere, me reiría a carcajadas. Pero el motivo de mi carta es otro: como tantos otros ciudadanos que hemos hipotecado el resto de nuestra vida comprando y rehabilitando una casa en el centro, sufro todas las semanas, últimamente y a causa del buen tiempo, de jueves por la tarde a domingo por la mañana, 'agrupaciones incontroladas que cometen el flagrante delito de ser muchos, consumir alimentos y bebidas' hasta casi reventar, hacer ruidos, cantar, gritar, pasear en moto... durante toda la noche.

Cada mañana me abro camino entre basura y excrementos, pero a eso la gente lo llamaba antes de otra manera, lo llamaba botellón, y el botellón no existe desde hace unos meses porque ni los medios de comunicación ni los políticos hablan de él, ha pasado de moda y el Ayuntamiento nunca se planteó acabar con él.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de mayo de 2002