Juan Pablo II viajó ayer a la isla de Ischia, en el golfo de Nápoles, junto a Capri, y subrayó la necesidad de una ética del turismo y el valor cristiano de la hospitalidad. El viaje suscitó expectación por las especulaciones sobre el estado de salud del Pontífice, de 81 años: era la primera salida del Vaticano tras los problemas de artrosis en la rodilla que han reducido claramente su movilidad e incluso han llevado a especular sobre una posible intervención quirúrgica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de mayo de 2002