El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, valoró ayer a este diario el dictamen de la comisión de Patrimonio de la Generalitat en los siguientes términos: 'Me parece un dictamen importante por dos motivos principales. Primero, porque establece que los restos han de conservarse de manera extensiva, cosa que hasta ahora no había sido nunca una postura oficial, sino sólo un deseo de muchos colectivos profesionales y ciudadanos. Y segundo, porque especifica que el primer proyecto de los arquitectos Sòria y Cáceres, tal como lo conocíamos, ya no puede ejecutarse'.
A partir de ahí, Mascarell se muestra cauto: 'El anteproyecto presentado el pasado viernes por los arquitectos me parece ingenioso e imaginativo, y así lo ha definido también la comisión de Patrimonio. Ahora bien, ni el viernes hubo pacto alguno entre la Generalitat y el Ayuntamiento ni lo ha habido hoy [por ayer], simplemente porque se trata de un anteproyecto y no de un proyecto ejecutivo'.
Prosigue el concejal: 'Hemos solucionado un primer asunto: el de preservar el yacimiento en toda su extensión. Ahora el mandato que tenemos las administraciones es el de construir una biblioteca central urbana funcional, con todos los requisitos que ello implica. Si los desarrollos del anteproyecto demuestran que esa biblioteca es compatible con los restos, tras haber analizado múltiples aspectos como los flujos de público que utilizarán una y otra instalación, los servicios comunes y los servicios segregados, etcétera, entonces se construirá en el Born'.
'Pero ese proyecto de biblioteca funcional aún no lo conocemos, no está todavía sobre el papel. La compatibilidad no puede buscarse a cualquier precio. La funcionalidad pasa por delante de ella'.
'La decisión política vendrá determinada por la realidad, por lo que se puede hacer y por lo que no se puede hacer. Es cierto que hay una voluntad por parte de todos los responsables de que los dos proyectos, la biblioteca y la musealización de los restos, casen bajo la cubierta de Fontserè. Es la solución que implica menos negociaciones nuevas entre las administraciones. Pero insisto, todo ello no puede producirse con menoscabo de una biblioteca que preste un óptimo servicio a los ciudadanos'.
'En definitiva, quien piense que todo este asunto ya está resuelto se equivoca. Nos queda mucho trabajo por hacer, y pretendemos llevarlo a cabo con la serenidad y el acierto que una infraestructura de este calibre precisa. Sería muy irresponsable proceder de otro modo'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de mayo de 2002