La agencia espacial rusa Rosaviakosmos se mostró ayer dispuesta a autorizar la venta al astronauta de pago surafricano Mark Shuttleworth la cápsula en que regresó el pasado domingo del espacio y la escafandra que utilizó. 'Puesto que no se puede usar por segunda vez, nuestra agencia no va a impedir su venta', manifestó un representante de la entidad.
La cápsula de descenso es lo que quedó de la nave Soyuz en la que regresaron a la Tierra, con Shuttleworth, el comandante ruso Yuri Guidzenko y el astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA) Roberto Vittori.
La venta necesitaba un acuerdo entre Rosaviakosmos, el consorcio estatal Energuía (constructor y propietario de la Soyuz) y el centro Zvdzdá (fabricante de la escafandra), el cual se abstuvo ayer de hacer comentarios sobre el precio de la operación.
Rick Shuttleworth, padre del multimillonario Mark, señaló que su hijo quiere comprar el traje espacial y la cápsula como recuerdos de su aventura. Mark, de 28 años, pagó 22,5 millones de euros para participar en el vuelo de 10 días, siete de los cuales los pasó en la Estación Espacial Internacional (ISS).
Durante su estancia en la estación, Shuttleworth se aplicó a experimentos médicos y biológicos, sobre todo de ingeniería genética, en busca de nuevos remedios contra el sida, el Alzheimer y el Parkinson.
'Es milagroso, una cosa fantástica, lo mejor que he hecho en la vida', declaró Shuttleworth tras aterrizar en la estepa de Kazajstán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de mayo de 2002