La comisión de gobierno del Ayuntamiento de Premià de Mar (Maresme) ha aprobado otorgar la licencia de construcción al colectivo musulmán para que levante una mezquita en los terrenos de su propiedad, en la calle de Joan Prim del municipio.
Así, el consistorio cumple, en tiempo y forma, el trámite que el colectivo de inmigrantes esperaba para empezar la construcción de su centro de culto. Hasta la fecha, la comunidad solamente disponía de licencia de actividades, pero el Ayuntamiento ya había anunciado repetidas veces que la operación se autorizaría 'por imperativo legal'.
Las obras, según ha explicado Rachib Wouddah, portavoz del colectivo musulmán, empezarán tan pronto como dispongan del permiso municipal y ya se han puesto en contacto con constructoras. El proyecto de mezquita consiste en un edificio de tres plantas presupuestado inicialmente en 312.537 euros (52 millones de pesetas). Sin embargo, en principio sólo se llevará a cabo una parte, que supondrá la construcción de la planta baja y los sótanos. La incógnita se centra ahora en saber dónde practicará su culto el colectivo musulmán mientras duren las obras.
La Asociación Premià per la Convivència apuntó ayer que está negociando con varias entidades para conseguir un espacio digno. Por el momento, el párroco de una de las iglesias del municipio se ha comprometido a plantear la posibilidad de ceder un espacio. 'La reunión que mantuvimos con el Ayuntamiento', apunta Toni López, portavoz de la entidad, 'fue menos esperanzadora. Cuando se le plantea que los musulmanes se encuentran con un problema sin salida, pues no tienen literalmente donde ir a rezar, mantiene su postura de trasladar la mezquita al barrio de Banyeres, a las afueras del municipio. Sólo si los inmigrantes aceptan esta opción estaría dispuesto [el consistorio] a dejarles algún sitio de manera inmediata mientras no se terminen las obras de construcción de la mezquita'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de mayo de 2002