Adama Yunusa, de 19 años, fue condenada la semana pasada por un tribunal islámico del Estado nigeriano de Bauchi a ser fustigada cien veces con un junco, acusada de haber mantenido relaciones sexuales antes del matrimonio, según informaron ayer fuentes gubernamentales. La muchacha reconoció estar embarazada de su novio, Isa Katagum. La sentencia será ejecutada dentro de cuatro meses, una vez que Adama haya dado a luz.
Adama Yunusa fue juzgada por fornicación por la corte religiosa de Bauchi (norte del país), que aplicó la sharía (literalmente lo que está escrito, ley islámica basada en el Corán. Como en otros casos resueltos por tribunales islámicos de ese país, ninguna acusación recayó sobre el hombre.
Pese a la fuerte oposición del Gobierno federal nigeriano, de las comunidades cristianas y de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, la sharía sigue en vigor en 12 de los 36 estados nigerianos. Todos ellos, en el norte del país. El 21 de marzo pasado, el Gobierno federal declaró esta ley contraria a la Constitución, como consecuencia de las protestas nacionales e internacionales contra la condena a muerte por adulterio de Safiya Hussaini en el estado de Sokoto. Safiya, una campesina analfabeta de 35 años, fue condenada a morir lapidada por haber tenido una hija fuera de matrimonio, pero se libró de la ejecución al desestimar la condena el tribunal islámico de apelación después de que el abogado de Safiya presentara un recurso por no haber dispuesto la inculpada de asistencia letrada.
El mismo día en que Safiya salía libre de culpa, el 25 de marzo, otra nigeriana, Amina Lawal, era condenada a morir a pedradas por adulterio probado, después del nacimiento de una niña, por el tribunal islámico de Bakori, en el estado norteño de Katsina. La suerte de esta mujer se decidirá dentro de unos meses, cuando se celebre la vista para revisar el recurso presentado por su defensa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de mayo de 2002