A veces afloran en el lenguaje técnico palabras con un punto de humor. Esto es lo que ocurre con el procedimiento de crear en un ordenador un disco compacto (CD, en sus iniciales inglesas). Resulta que para grabar los datos en un CD virgen se utiliza un rayo láser, por lo que en inglés empezó a usarse la expresión, más bien familiar, de to burn a CD. El español en este caso optó por la traducción, y, así, se habla de 'quemar un CD' o 'tostar un CD'. En una encuesta urgente hecha a través de Google, da la impresión de que la primera forma es casi cuatro veces más utilizada (por lo menos en páginas web), pero que su uso es mayoritariamente latinoamericano (frente a tostar, que parece más ibérico).
Se quema o se tuesta un CD tanto para copiar uno existente como para crear uno nuevo. El CD copiado puede ser un CD-ROM (con datos o programas) o un disco compacto de música.
El proceso se hace en un CD burner, por lo general incorporado al PC, y que tiene el aspecto externo de un lector de CD-ROM. La forma más seria de llamar a este aparato es 'grabadora de CD', pero es muy frecuente calificarlo de 'quemador' o 'quemadora de CD', en uso latinoamericano y con predominio de la forma en masculino. En España es más frecuente 'tostadora' o 'tostador', con ventaja femenina.
La verdad es que los nombres de las cosas crean evocaciones a su alrededor. La tostadora de CD aparece mentalmente equiparada a las máquinas en las que metemos una rebanada de pan para que salga disparada minutos más tarde, y morena. El burning inglés es más brutal, puesto que quemar se asocia a la destrucción; de hecho, uno de los softwares más populares para creación de CD se llama Nero (Nerón), y el icono que deja en el escritorio representa un edificio romano pasto de las llamas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de mayo de 2002