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Rajoy: 'Marruecos muestra una nula preocupación por sus menores'

Mariano Rajoy, ministro del Interior, aprovechó ayer una pregunta del senador de Coalición Canaria Victoriano Ríos Pérez sobre los niños que patronean las pateras que llegan a Canarias para situar en el campo de Marruecos la pelota sobre el trato que se da a los llamados "menores transfronterizos", los niños marroquíes que entran a Ceuta y Melilla. "Marruecos manifiesta una nula preocupación por el estado de sus menores", dijo, en contraste "con las garantías" de trato y tutela que se les ofrecen en España.

El ministro del Interior acababa de contestar que, según los datos de su departamento, sólo se había localizado a un niño como patrón de patera, el 1 de abril del año pasado en Fuerteventura. También había respondido que lo que se había detectado es que los mafiosos de las pateras estaban introduciendo en los esquifes "a embarazadas y niños pequeños para evitar que se produzca la devolución en el plazo de 72 horas". Y había explicado que en Fuerteventura estaban recogidos 33 menores (cinco de ellos con la repatriación acordada) más otros 57 en Lanzarote (18 con billete de vuelta).

Dicho esto, esperó a la réplica de Ríos para alargar los 20 segundos de dúplica que como gracia le concedió la presidenta de la Cámara, Esperanza Aguirre, para opinar que "es muy preocupante lo que está ocurriendo con los menores extranjeros, sobre todo los marroquíes" y afirmar: "Las leyes españolas ofrecen garantías suficientes para proteger a los menores", lo que contrasta con la actitud "de algún país vecino, como Marruecos, que manifiesta una nula preocupación por el estado de sus menores".

Rajoy sintonizaba así con el informe sobre Melilla de la ONG Human Rights Watch que, tras criticar a España, desvela que los niños retornados sufren malos tratos casi sistemáticos en Marruecos, a cuyas autoridades pide que garanticen "la protección frente a la violencia y el abandono" de los niños devueltos desde la ciudad norteafricana e investiguen "los abusos policiales".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de mayo de 2002