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OPINIÓN DEL LECTOR

Al azar

Hoy puse la televisión al azar y tuve ocasión de oír a una señora que, según creo, hace años fue ministra de algo, no recuerdo de qué, porque mi cultura política, y sobre todo ministerial, se va desdibujando a medida que me hago viejo y escéptico; bueno, pues tuve ocasión de oír de labios de esa señora la siguiente definición homérica: 'El feminismo representa la emancipación de media humanidad'. Nada más oírlo me sentí irremediablemente incluido en la otra media, es decir, en la media humanidad sojuzgadora y opresora. Por fortuna, mi existencia ha coincidido con una época en la que la emancipación parece muy avanzada, así que debo de ser simplemente un sojuzgador frustrado, un cesante de la opresión, y mis pecados contra ese mandamiento serán, a lo sumo, veniales.

Pero mis ancestros varones, los pobres malditos, ésos sí que tuvieron pecado, que se pasaron la vida tras la yunta de bueyes, bajo soles y aguaceros, para traer el pan al hogar. O haciendo guerras y milicias interminables: uno fue a Cuba, otro a Marruecos, otro volvió irreconocible al pueblo tras siete años de servicio forzoso... Otro emigró con el corazón roto para que no faltara carne en el puchero de sus hijos. Otro trabajaba por la tarde en una fábrica y durante la noche de vigilante, para que nadie pasara necesidad en su casa... Menudos déspotas, ésos sí que tuvieron delito. Casi tanto como los hombres del Titanic, que prefirieron morir todos ahogados y respetar la consigna de 'las mujeres y los niños, primero', habráse visto machismo más egoísta. Menos mal que la mitad oprimida de la humanidad ha podido librarse al fin de semejante yugo, sin duda gracias a las buenas obras de feministas como esa señora ex ministra de cuyo nombre no quiero acordarme.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de mayo de 2002