La Generalitat de Cataluña, después de una intensa campaña propagandística, prometió una pequeña compensación económica a las personas que habían estado en un campo de refugiados durante la guerra civil. Mi padre no quería pedirla, pero entre todos le convencimos.
Aprovecharíamos el dinero para ir toda la familia a comer, pero en realidad, lo más importante para nosotros era recordar a todos los que habían luchado por la libertad. Buscó todos los papeles y certificados que le pedían para obtener la compensación. Los tenía muy bien guardados. Los presentó en la delegación de la Generalitat.
Al cabo de muchos días le reclamaron más papeles. Pasados más días le pidieron un certificado de empadronamiento en Cataluña. ¿Qué más podían pedirle? Hace pocos días llegó la resolución: 'Denegat per no ser presoner polític'.
Mi padre luchó en una guerra civil absurda y fratricida, estuvo prisionero en un campo de refugiados, y vivió una posguerra humillante, pero la Generalitat ha decidido que no fue un prisionero político. ¿Qué calificativo merece?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de mayo de 2002