Los melómanos tienen cada verano un nutrido calendario de festivales que suman la música a los sustantivos de sol y playa. Y como los helados, los hay de multitud de sabores. Pero si algo sale malparado en estos macroconciertos, es el medio ambiente. De ahí que la mayoría de las playas utilizadas para estos eventos sean artificiales y que se generalice el cobro de entrada para evitar aglomeraciones. Festejos sostenibles, como diría un ecólogo.
Los devotos de las corrientes alternativas tienen fijada una convención anual en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB). Una sabrosa papilla de 40.000 fibers venidos de media Europa forma este festival de una fuerza arrolladora, que se celebra del 2 al 4 de agosto. Entre el final de la música electrónica, a las 8.00 horas, y las primeras notas de las 16.00, los arenales se convierten en improvisados divanes para el solaz colectivo. Es toda una institución la fiesta de despedida en la playa del Torreón: sesiones de djs, pasacalle teatral y fuegos artificiales. Para esta octava edición desembarcarán desde Inglaterra sir Paul Weller, The Cure y Radiohead, sin contar la probable incorporación de Suede. Entre los españoles, el colorista sonido de Carrots.
Bajando por el litoral de Castellón aparece el playón rectilíneo de Moncofa, territorio heavy metal el 26 y 27 de julio. Variopintas tribus dispuestas a rugir y divertirse sin tasa aportarán 10.000 identidades a cuenta del Festival Rock Machina. Entre el nutrido elenco: Savatage y el metal gótico de Tristania. Curiosamente, el más fiero de los eventos baja el telón temprano, a las 3.30 horas.
De los tres auditorios del verano musical, Pecata Minuta (eventos de junio a septiembre), de San Javier (Murcia), el más llamativo es el que se alza al final del espigón del puerto Tomás Maestre, en La Manga del Mar Menor. Está tan volcado al mar, que diversas barcas tienen que hacer las veces de camerinos. Curioso también el proyecto de escenario en la playa de Barnuevo (San Javier), en el que el público asistirá desde el agua. En la misma onda está el World Dance Mallorca (septiembre) en la playa de Santa Ponça (Calvià).
Si hay una música consustancial al medio natural, es el folk. Y encuentra acomodo del 12 al 14 de julio a lo largo de la ría coruñesa de Ortigueira y Ladrido. Se trata de alternar el valioso ecosistema de las Rías Altas con la convivencia de 60.000 espectadores. Al XVIII Festival del Mundo Celta de Ortigueira, decano entre los de su especie, acudirán el gaitero vigués Carlos Núñez, la innovadora formación Berrogüetto y el acordeonista Kepa Junkera, por citar tres nombres. El pinar de la playa de Morouzos da cobijo tanto a la zona de acampada como a las fiestas espontáneas. Y todo gratuito. Junkera se acompañará de su trikitixa (acordeón diatópico) pocos días después en Moaña, durante el Festival Intercéltico do Morrazo. El mar es ingrediente consustancial con este espectáculo; no en vano el eje atlántico se erige en nexo de los pueblos celtas. Los escenarios se levantan, entre el 25 y el 28 de julio, a unos 200 metros de la playa del Con, y actuarán desde Galandum Galundaina, de Miranda do Douro (Portugal), hasta el grupo inglés Flook.
Las anochecidas de los días 12 y 13 de julio pondrán de manifiesto el encanto de la playa del Peñón de Cuervo (Málaga), que usufructúa el Festival Etnimálaga, egregio desconocido incluso en Andalucía. Las músicas del mundo son el gancho y la arena sirve de patio de butacas. Acompañarán al rey del rai, Cheb Mami, los cubanos Orishas, junto con el percusionista armenio Arto Tuncboyaciyan.
La letra pequeña de esta letanía de festivales la escriben entusiastas anónimos como Richar Argumosa: alma y factótum de Plenilunio, Festival de Folk de Camargo (Cantabria). 'Al Plenilunio se puede llegar', nos dice, 'por tierra mar y aire, visto su emplazamiento próximo a la playa y al aeropuerto de Parayas'. Idéntica modalidad artesanal de gestión despliegan los responsables del chiringo de la cala ciclópea de Moraig (Alicante). El reggae es la música elegida para el 10 de agosto a los pies de este fastuoso acantilado de Benitachell iluminado por 200.000 vatios de luz.
De parecida monumentalidad es la desembocadura del Torrent de Pareis, en lo más escarpado de la Serra da Tramuntana (Mallorca). Su forma abarrancada le otorga además una acústica sorprendente. Este futuro monumento natural servirá de caja de resonancia el 14 de julio al conjunto gospel de origen inglés I Fagiolini.
Del gospel al mestizaje. El Festival Son Latino es la gran apuesta hispana. El kilómetro y medio de playa artificial de Las Vistas, al sur de Tenerife, acogerá el 31 de agosto un superconcierto gratuito con cerca de 250.000 asistentes. Destacan en el cartel para estas 12 horas ininterrumpidas la orquesta venezolana de Oscar D'León, Rosario y Caco Senante, a los que se suma la casi segura participación de Rubén Blades. Otras noches de música latina acontecerán en el recinto del FIB de Benicàssim, del 11 al 13 de julio. La cabeza de cartel del IV Mulabe no es otra que la reina de la salsa, Celia Cruz. Seguirá otra formación célebre por su fusiones: Ketama.
El jazz, lo más apacible
Las melodías jazzísticas pondrán la nota serena. Esta atmósfera de club será la que impere en los tres escenarios de asistencia gratuita que se instalarán junto al Kursaal de la playa de La Zurriola con motivo del Festival de Jazz de San Sebastián (Jazzaldia, del 24 al 29 de julio). Chick Corea y James Brown, como es lógico, no actuarán en este playa recuperada, sino en la plaza de la Trinidad. En la explanada del final de La Zurriola también está previsto, durante la Semana Grande (del 11 al 18 de agosto), el concierto de Sagüés.
El gran bluesman Taj Mahal, al lado de Roberto Menescal & Bossacucanova, situarán Almuñécar en el mapa musical, del 13 al 21 de julio, gracias al festival Jazz en la Costa. Después de un día en la playa de San Cristóbal se agradece el frescor de la noche que invade el bellísimo parque botánico. El V Festival Internacional de Jazz de San Javier (todo julio) será un lujo a la murciana. Para el homenaje a Tito Puente y Milton Banana se confirma la presencia de Pat Metheny Group, el piano de Bill Evans y la voz de Maria Creuza.
Acorde con el sonido de las olas, pocos géneros musicales tienen un swing tan característico como la habanera. Como se comprueba desde 1967 en Calella de Palafrugell (Girona). El 6 de julio se erigirá un escenario sobre las rocas del Port Bo, mientras que la marinería asistirá en llaguts (barcas autóctonas) a la Cantada d'Havaneres. También se colocarán pantallas gigantes en las platjas del Canadell y del Port Pelegrí. Más a capela se entona en el Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja (Alicante). Una semana antes, el 13 de julio, tiene lugar la Noche de Habaneras en la playa del Cura.
Y, por último, ambivalencia en Calvià. En este municipio mallorquín pervive, por un lado, el botellón versión hooligans en la playa de Magaluf. Pero para reciclar esta imagen beoda, el Ayuntamiento organiza el Festival Calvià Hip Hop (17 de agosto), en el que, además de los conciertos, se habilitan paredes para grafiteros y se monta un concurso de pinchadiscos.
DATOS PRÁCTICOS
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de mayo de 2002