1. Lo bueno de vivir en un mundo dominado
por la publicidad es que los problemas graves duran dos minutos y las crisis profundas un par de semanas. (Las guerras mundiales, tres meses). Lecciones extraídas en España de lo sucedido en Francia: el PP cree que el lepenismo es culpa de los socialistas, y los socialistas creen que el lepenismo está en el PP. Y a otra cosa, mariposa. Estaría bien que algún político dijera en público: 'La inmigración plantea problemas graves y no tengo ni idea de cómo resolverlos. Haremos lo que podamos'.
La entrepierna de Arzalluz debe ser un lugar muy concurrido: ¡la de gente que se ha pasado por ahí durante años!
2. Artur Mas, jefe del Gobierno catalán,
dice que no basta con que los inmigrantes cumplan las leyes: además tienen que integrarse. Qué buena idea. ¿Cómo no se le había ocurrido antes a nadie? Nada, nada, asunto resuelto. Está el pequeño detalle de cómo se exige a alguien que, más allá de cumplir la ley, se integre. Mediante una ley no, porque ya sería una ley, como su propio nombre indica. Supongo que Mas quiere decir que le parece bien que haya inmigrantes siempre y cuando no se noten: 'Queremos inmigrantes catalanes'.
3. Muy buena idea
también la de José María Aznar: integrar a los inmigrantes en el sistema educativo, para que adopten nuestros valores, pero mediante programas especiales, para que no bajen el nivel. 'Inmigrantes sí, pero que no molesten'. Los socialistas también tienen clara la doctrina sobre inmigración: 'Mejor no meneallo, que nos pilla el toro'. Dice Felipe González que el PSOE de Zapatero no tiene ideas: ¿intentar pasar desapercibido en este asunto no es una buena idea?
4. 'Contra el botellón, religión'.
El lunes reestrenó el Gobierno su ley antibotellón y el martes Pilar del Castillo anunció más religión en la escuela. Ya ni se molestan en disimular: el lunes nos venden la moto, el martes nos dan la rueda de molino y el miércoles a comulgar.
5. Xabier Arzalluz dijo en Barcelona:
'Nos pasaremos al PP y al PSOE por la entrepierna'. Qué vicio tiene, a sus años. La entrepierna de Arzalluz debe ser un lugar muy concurrido: ¡la de gente que se ha pasado por ahí durante años! Ay, ay, Arzalluz, siempre tan visceral, tan español.
6. Leo que Jordi Pujol está preocupado
porque la gente desconfía de los políticos, y no sabe por qué. Imagine el señor Pujol que tiene una avería en casa y necesita un fontanero. En las páginas amarillas se anuncian seis, telefonea a los seis y los seis le aseguran que los otros cinco son incompetentes y estafadores. Se decide por uno, que le pide cuatro años de tiempo, le dice que desde dentro la avería parece más grave y le aumenta el presupuesto. De su jornada laboral, el fontanero dedica la mitad a reparar la avería y el resto a contarle en el salón de su casa lo bien que la está reparando y lo mal que la repararían los descartados, quienes a su vez le telefonean veinte veces al día para insistirle en que ha contratado a un ladrón, y se ofrecen para hacer la reparación mejor y más barata. Imagine que, al cabo de varios años pasados así, mostrara su enfado al fontanero y éste, muy serio, le preguntara: 'Oiga, President, usted, ¿por qué desconfía de los fontaneros?'
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de mayo de 2002