Un tribunal de Ontario ha dado la razón a un joven homosexual canadiense que denunció ante los tribunales a la dirección de su escuela católica porque se negaba a autorizarle a que llevara a su amigo al baile de fin del año escolar. El juez del tribunal superior de Ontario ha explicado que Marc Hall, alumno de bachiller de 17 años, tenía derecho a participar con su compañero en la gran fiesta anual de los jóvenes diplomados. La dirección del establecimiento se había opuesto firmemente a la presencia de la joven pareja del mismo sexo, alegando que las prácticas homosexuales son contrarias a las enseñanzas católicas que se dispensan en esa escuela. El adolescente, de cabellos azules, se creía víctima de una forma de discriminación basada en su orientación sexual, lo que va contra la Carta de Derechos y Libertades canadiense.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de mayo de 2002