Empezaremos por los psíquicos, que si no fueran ciertos sonrojarían a cualquiera: la Fundación del Hospital de Sant Pau, después de perder la primera batalla pacífica contra los okupas de Can Masdeu, prepara toda su artilleria (fisica y psíquica) y pide al juez que instruye el caso que envíe a los geos a desalojar la masía que durante 50 años tuvo abandonada y en estado ruinoso y que los okupas restauraron sin cobrar un euro para uso y disfrute de los vecinos. ¡Mataremos a cañonazos a simples hormiguitas! (La fundación la integran el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Arzobispado).
En cuanto a los físicos, está la huelga de conductores de autobuses. Hablando con una señora muy educada, me decía que no hay derecho porque siempre pierden los mismos... los usuarios, y lo que tenían que hacer es salir con toda la flotilla de autobuses y no cobrar al público. Me costó hacerle entender que la empresa no permite eso por las pérdidas que causaría (gasóleo, limpieza, etcétera); además, con más inspectores, pondrían multas de más de 30 euros (5.000 pesetas) a los usuarios que no pagasen el billete. Así que la única solución era la huelga. Por cierto, Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) pertenece al Ayuntamiento (como la Fundación del Hospital de Sant Pau), que se gasta una millonada en los diarios de Barcelona a página entera (propaganda que pagamos los contribuyentes) para desacreditar a los trabajadores y hacernos creer que los buenos son el TMB.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de mayo de 2002