En esta España del todo va bien; y en esta Comunidad en la que las 'listas de espera, se han terminado'; después de 25 semanas de esperar una intervención por una 'colelitiasis', el día 1 de mayo cuando iba a ocupar mi habitación en el hospital me llaman para decirme: 'No podemos operarla mañana, porque su sangre tiene unos anticuerpos muy raros y no disponemos de sangre para usted, por lo tanto no procede que hoy ingrese, ya le llamaremos'. Desde julio al 7 de noviembre fui siete veces a Urgencias. Por fin, el 24 de abril me llaman para decirme que ingresaría el día 1 de mayo. La causa, según ellos, falta de sangre como la mía. Según mis indagaciones, en el Centro de Trasfusiones de Valencia tienen sangre tan rara como la mía lo único que tenían que hacer era pedirla. Para ellos mi caso no es urgente, para mí sí lo es, pues vivir 25 semanas a expensas de Buscapina para soportar el dolor, además de estar de baja hace que sea urgente. Y con el ánimo hecho frente a una intervención quirúrgica, mandarme a casa con esta excusa es de juzgado de guardia. Tengo derecho a una explicación. ¿El daño moral que me han hecho, quién o qué me lo va a reparar...? ¿Y los gastos que me han producido, quién me los va a pagar ...? Está más claro cada día que en este país sólo tienen derecho a tener salud los ricos; los pobres, sólo merecemos estar cada día más jodidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de mayo de 2002