El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, remachó ayer ante el joven auditorio castellano-leonés cuál es una de sus máximas preocupaciones: la inmigración. Después de que el Gobierno rechazara un pacto sobre esta materia, el PSOE no ha tomado en serio la referencia del vicepresidente primero, Mariano Rajoy, a una posible reanudación del diálogo si el PSOE retira, como grupo parlamentario, el recurso que presentó ante el Tribunal Constitucional contra la Ley de Extranjería. Pero a Zapatero sobre todo le preocupa el mensaje que pueda ligar delincuencia con inmigración. 'El Gobierno vuelve a identificar una cosa con la otra y eso es muy peligroso'. Zapatero sí pidió que se controle la entrada ilegal de inmigrantes y claro que dio por supuesto que hay 'inmigrantes delincuentes; pero también hay delincuentes de cuello blanco y el Gobierno no ataja ni a unos ni a otros'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de mayo de 2002