Más de 9.000 personas mueren cada año en Andalucía por causas atribuibles al consumo de tabaco. Esta situación, que deriva en unos considerables costes para la Administración por las necesarias atenciones sanitarias, ha hecho que se incida en la proyección de campañas institucionales en contra esta adicción.
El consumo de tabaco por parte de jóvenes es uno de los aspectos que más preocupan. Según el Plan Andaluz de Salud, el 4,4% de los jóvenes andaluces de 12 a 13 años es fumador y un 20,7% de los que están entre 14 y 15 años de edad admiten ser adictos a la nicotina.
Pero el problema fundamental contra el que tienen que luchar las administraciones con sus iniciativas es lo generalizado y normalizado que está el consumo de sustancias como el tabaco o el alcohol. Por ello, las campañas para prevenir o dejar el hábito tienen escaso impacto en la sociedad. Una de las jóvenes que intenta dejar de fumar con el programa que coordina la Escuela Andaluza de Salud Pública, Beatriz Mena, confirma esta teoría con su experiencia como alumna de un instituto de una zona deprimida de Granada. 'Estamos en una sociedad en la que se aprende a beber y a fumar casi desde la cuna'. Y las mujeres se están uniendo cada vez más a estos hábitos sociales reservados en otro tiempo para los varones.
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El programa Déjalo y gana es una iniciativa más para intentar provocar una reflexión en el ámbito escolar en contra del tabaco. Es en los institutos donde muchos de los jóvenes comienzan su adicción. Por eso se ha puesto en marcha en Andalucía esta experiencia en la que también participan otros países europeos como Alemania, Noruega, Dinamarca, Italia o Suecia. Pero cabe la duda sobre los resultados que una misma iniciativa puede dar en países con sociedades tan dispares. Seguramente la situación de estos jóvenes granadinos de la zona norte que han iniciado un mayo de abstinencia será bien diferente a la de los alumnos de cualquier colegio sueco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de mayo de 2002