Tres mujeres ecuatorianas de entre 23 y 31 años estaban llamando tranquilamente desde una cabina pública de teléfono de Castellar del Vallès el pasado domingo hacia las once de la noche cuando un grupo de cinco jóvenes, según la Guardia Civil, las cercaron y, 'sin que mediara provocación alguna, empezaron a increparlas y a proferir insultos de carácter racista'.
Los ataques no acabaron con los insultos. Según las ecuatorianas, uno de los jóvenes la emprendió con ellas a golpes y patadas. La agresión no fue a mayores porque un grupo de vecinos, al percatarse de lo que sucedía, las protegieron y las acogieron en uno de sus domicilios, desde donde llamaron a la Guardia Civil.
Cuando los agentes acudieron al lugar, los agresores habían desaparecido. Tras recorrer las calles, tan sólo localizaron a uno de los jóvenes, José Antonio C. F., de 26 años, un conocido vecino de Castellar, quien, según el consistorio, no es cabeza rapada. El joven está acusado de un delito de xenofobia y el juez ha decidido que permanezca en los calabozos municipales.
En la declaración que prestó el lunes negó los hechos que se le imputan y se prevé que hoy vuelva a declarar. La Guardia Civil continúa investigando la identidad de los otros agresores.
Una de las ecuatorianas, Jacqueline F., de 31 años, tuvo que ser atendida en el hospital Parc Taulí de Sabadell por una herida en la rodilla.
Castellar del Vallès tiene una población de 19.000 habitantes, de los que unos 400 son extracomunitarios, en su mayoría argentinos, ecuatorianos, colombianos y marroquíes. Según el consistorio, en esta ciudad del Vallès 'no se han vivido incidentes racistas' últimamente y tampoco existen grupos organizados de estética skin o ideología xenófoba. La Guardia Civil también afirma que no tiene conocimiento de que en esta ciudad haya habido agresiones de carácter racista en los últimos meses. Sin embargo, a finales del año pasado unos vecinos de Castellar fueron detenidos en Sabadell por agresiones en la plaza de Espanya de esta ciudad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de mayo de 2002