Javier Irureta continuará en el Deportivo por quinta temporada consecutiva tras alcanzar anoche un acuerdo con el club para prorrogar su contrato durante un año más. Irureta, de 54 años, firmó su compromiso con el presidente del club, Augusto César Lendoiro, tras una larga jornada de negociaciones en las que participó también el representante del técnico, Miguel Santos. El nuevo contrato tiene una vigencia de un año por expreso deseo del preparador vasco, ya que Lendoiro aseguró que su deseo es que permanezca en A Coruña "por mucho más tiempo".
"Es una forma de dar tranquilidad", explicó el presidente deportivista tras la firma del contrato. "Con Irureta, el Deportivo alcanzó lo que nunca había conseguido". El balance del técnico es ciertamente inmejorable: ha logrado un título y dos subcampeonatos de Liga además de una Copa del Rey. Lendoiro le había ofrecido la renovación hace ya varias semanas, pero Irureta prefirió seguir fiel a un ritual que repite todos los años: dejar que acabe la temporada y exponer a continuación sus pretensiones económicas y sus demandas para reforzar el equipo. En esta ocasión, ni siquiera el reciente enfrentamiento entre el entrenador y el brasileño Djalminha enturbió la voluntad de ambas partes de alcanzar un acuerdo que necesitó, eso sí, una maratoniana sesión negociadora de más de siete horas. Irureta ha pedido a Lendoiro el fichaje de, al menos, un defensa central y un centrocampista diestro.
Por su parte, el entrenador Víctor Fernández puso ayer punto final a los cuatro años más deslumbrantes en la historia del Celta, ciclo en el equipo se ha acostumbrado a figurar en los puestos altos de la tabla y en las últimas rondas de la UEFA. "La etapa en este equipo se ha terminado", reconoció Fernández, a quien la afición sólo puede recriminar la escasa productividad del gran fútbol de un equipo que sueña con su primer título.
Víctor se despidió acompañado del presidente del club, Horacio Gómez, con quien ha mantenido una relación fuera de lo común entre un dirigente y un técnico. Sólo discreparon en lo que se refiere al ciclo. Pero el confirmado adiós de Karpin y la intención de Mostovoi de irse si no le mejoran el contrato parecen darle la razón al técnico.
El técnicó justificó su decisión porque al cabo de cuatro años, la afición ya no tiene en cuenta tanto los éxitos como los defectos. En los próximos días anunciará su destino. En sus cuatro años, el Celta ha quedado siempre entre los siete primeros de la tabla, y en tres ocasiones llegó a cuartos de final de la UEFA. Sin embargo, dejó escapar una final de Copa y la clasificación para la Liga de Campeones, objetivos casi alcanzados, lo que alimentó la fama de perdedor que arrastra últimamente el equipo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de mayo de 2002