El jefe de sucesos del periódico La Opinión de Tenerife, Félix Rojas, fue víctima de un intento de homicidio por parte de cuatro motoristas, según fuentes policiales, que le lanzaron dos piedras de grandes dimensiones contra la espalda y la cabeza, que le impactó en el ojo izquierdo.
El suceso se produjo a la 1.50 horas de la madrugada de ayer cuando regresaba a su domicilio tras cruzar el puente de Duggi hacia el estadio Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife.
Rodríguez Rojas, de 39 años, tuvo que ser ingresado a causa de las lesiones por las que recibió más de siete puntos de sutura y, una vez dado de alta, permanece bajo vigilancia en paradero desconocido, según confirmó el director del diario Francisco Pomares. El periodista ha presentado una denuncia en la comisaría de 3 de Mayo de la Policía Nacional y las diligencias han sido iniciadas por el juzgado de instrucción número 5 de la capital tinerfeña.
Las primeras sospechas sobre la identidad de sus agresores se centran en el origen de las investigaciones periodísticas que en los dos últimos años se han centrado casi en exclusiva sobre las mafias que operan en el sur de la isla utilizando como tapadera legal la venta de apartamentos en régimen de tiempo compartido. Así es como tuvo conocimiento de primera mano del imperio del británico John Palmer y su entorno, un caso que también ha investigado el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.
Además, Rojas ha desvelado conexiones entre el capital procedente de varias zonas de Europa, Oriente Medio y antiguos países del Este con actuaciones delictivas en esta misma zona de Tenerife.
El último caso que centró sus investigaciones fue el cierre de la macrodiscoteca Nooctúa Sur, precintada recientemente por el Ayuntamiento de Arona en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, por actividades manifiestamente molestas y estar construida en un espacio no contemplado en el plan urbanístico de Arona.
A raíz de este cierre, el alcalde de la localidad, Miguel Delgado, sufrió un incendio en su despacho a causa del lanzamiento de dos cócteles mólotov.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de mayo de 2002