El presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, manifestó ayer ante el tribunal que le juzga en la Audiencia Nacional que "iba a remolque" de lo que le decían la Liga y el Consejo Superior de Deportes (CSD), por lo que no pudo cometer las presuntas irregularidades que se le atribuyen en relación con la transformación del club en sociedad anónima deportiva.
Jesús Gil, para el que el fiscal pide 17 años y medio de prisión, comenzó a declarar ayer en la Audiencia Nacional y continuará el día 22. Anticorrupción le acusa de haberse apropiado supuestamente del Atlético de Madrid sin desembolsar un duro, y reflejando contablemente los 2.000 millones que tenía que haber aportado mediante un contrato simulado de préstamo.
A preguntas del fiscal Carlos Castresana, Gil aseguró que tanto la Liga como el CSD conocían la deuda que el club tenía con él. Sobre la deuda que le reconoció la asamblea de socios del Atlético por un total de 1.986 millones de pesetas (11,93 millones de euros), el acusado dijo: "Al socio le trae sin cuidado reconocerte o no la deuda. Como no la va a pagar él...".
A lo largo de su declaración, Gil manifestó en tres ocasiones que en su actual situación, con el club intervenido y todos los bienes embargados, no podrá hacer frente a los fichajes de la próxima temporada en Primera División.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de mayo de 2002