Según la directora general de Planificación Educativa de la Junta de Andalucía, Pilar Ballarín, fracaso escolar es que un alumno abandone el sistema escolar sin obtener el título de Secundaria y no que, como recoge la LOGSE, pueda pasar de curso con alguna asignatura suspensa.
Hace falta tener una cara de hormigón armado y nula vergüenza para hacer semejante afirmación y poder seguir mirándose al espejo cada mañana sin vomitar.
En el segundo ciclo de la actual Secundaria no es infrecuente que el absentismo sistemático de los alumnos sobrepase el 50% y que el resto, los que acuden de forma más o menos regular a clase, se niegue de manera sistemática a realizar el más mínimo esfuerzo intelectual y que, en consecuencia, el porcentaje de alumnos con más de cuatro asignaturas suspensas ande por el 70% u 80% pero, como cada fin de curso, este año también llegará a cada centro la vergonzosa notita de la Delegación Provincial diciendo que 'el número de asignaturas suspensas nunca podrá ser utilizado como criterio para la no-promoción o no-titulación del alumno'.
Así, con todas las letras. Y después de la entrega de notas, la Delegación de Educación, ante cualquier reclamación de los padres, volverá a enmendarles la plana a los profesores que hayan tenido la desfachatez de no promocionar o no titular a algún alumno, con los escritos plagados de faltas de ortografía, de puntuación, de lógica y de vergüenza a que ya nos tiene acostumbrados. Y es que, a ver si nos enteramos de una vez, en Andalucía no hay fracaso escolar por decreto ley. Otra cosa es que haya analfabetos funcionales a mansalva, pero de eso no hablaba la señora (o señorita) Ballarín.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de mayo de 2002