Escribo frente a una ventana desde la que veo un muro muy alto que, francamente, a mí no me gusta nada.
Este muro lo levantaron hace pocos años unos arquitectos modernos en el mismo sitio y con la misma altura y volumen que tenía el muro del Teatro Romano que otros arquitectos levantaron hace unos 2.000 años. Aunque no me guste, ahí está y nos costó a todos los contribuyentes mucho dinero, y a los vecinos de la Ciutat Vella nos costó, además, años de molestias, ruidos y destrozos en las calles.
He de decir también que cuando entro me impresiona... y me gusta, y que disfruto viendo las representaciones en verano.
Por favor (y por sentido común), no se gasten otro dineral en deshacer lo hecho. Usen este dinero en cosas más necesarias. Piensen que este teatro romano puede ¡en el siglo XXI! ser visitado y usado (a pesar o gracias a la polémica rehabilitación) mientras que en Sagunto había otros monumentos que han quedado definitivamente destruidos o sepultados bajo fincas y supermercados... ¿Piensan desenterrarlos también?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de mayo de 2002