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COLUMNA

Devolución imposible

Pronto se cumplirá el primer aniversario de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Para celebrarlo, Vicent Franch proponía en estas páginas que los políticos 'admitan definitivamente devuelta la competencia lingüística al órgano creado para ello' y 'abandonen las tentaciones de no dejar de ejercer tutela política sobre los designados'. De lo contrario, dice, están abonando las tesis de sus detractores, hacer que la AVL aparezca 'como una delegación tutelada de lo político sin criterio propio, y dependiente hasta en el más mínimo detalle de los dicterios de sus jefes políticos'. Loable propuesta pero de difícil cumplimiento. A la AVL le sucede lo mismo que al Consejo General del Poder Judicial; 21 son sus componentes en ambas instituciones. Y en ambas la distribución es la misma: 11 designados por el PP y 10 por el PSOE. La dependencia política es inevitable. Pero es que además cuando el PP, es decir, Zaplana, se sacó de la chistera el conejo de la Acadèmia, no lo hizo con el ánimo de crear la institución y dejar que se dedique a su científica misión sin interferencias. Y menos políticas. Zaplana se presentó como el político que había conseguido acabar con el conflicto lingüístico. Sucede, sin embargo, que el llamado conflicto ha quedado residenciado en la Acadèmia. 'Ells son 10 i mosatros 11, i això és lo que compta, això va a missa'. Con este argumento de indudable peso científico-lingüístico se quieren zanjar los enfrentamientos dentro de la AVL desde las filas de los académicos del PP: Pero es que además, desde los políticos que rigen la Consejería de Cultura no cesan las órdenes a sus académicos y a la presidenta. Uno vive en Madrid y acude al Congreso donde se encuentra con diputados valencianos. Y alguno se le acerca a contarle cosas. De la AVL y de otros asuntos. Comprendo las buenas intenciones de Franch al hacer su propuesta que comparto: ¡Dejen en paz los políticos a la AVL! Pero, como he dicho, es una propuesta de difícil, cuando no imposible, cumplimiento. Al menos es lo que deduzco de lo que me cuentan. En fin...

fburguera@inves.es

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de mayo de 2002