Dos muertos, un hombre de 40 años y una chica de 17, y dos heridos, una mujer de 46 años y una niña de 14, es el resultado del derrumbamiento parcial de un edificio de cinco alturas ocurrido ayer en el centro de Almàssera (Valencia). El forjado de la cuarta planta cedió arrastrando en su desplome a las plantas inferiores. Los técnicos municipales apuntaron tras el suceso que la combinación de aluminosis y humedad podrían ser las causas.
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Andrés Valiente, de 40 años, y Loles Brisa, de 17, murieron al desplomarse parcialmente el interior de la casa, el número siete de la calle de Doctor Peris, en Almàssera, una población del área metropolitana de Valencia de unos 6.000 habitantes. El Ayuntamiento investiga ahora si el edificio estaba afectado por aluminosis.
A la altura de la cuarta planta, cedió el forjado de la parte interior más cercana a la calle y arrastró a su paso las plantas inferiores, dejando intacta la fachada. El edificio se desplomó hasta el bajo, donde estála tienda de ropa Confecciones Ancor. Loles Brisa venía de tomar café en el hogar de los ancianos, situado enfrente, y entró a saludar a las dependientas de la tienda. Su madre, Lola, de 46 años, y su hermana, Rocío, de 14 años, entraron tras ella. Allí coincidieron con otra vecina que mostraba el álbum de fotos de la comunión de su hijo. A los pocos minutos, una de las dependientas, Pepica, salió a barrer la acera. Y Lola y su hija Rocío se dirigían a la puerta cuando el techo se vino abajo.
Del interior de la tienda salió una densa nube de polvo que, junto al estruendo, alertó a los vecinos. Manuel Marí, trabajador de Protección Civil que estaba casualmente en la esquina de la calle, frente al Ayuntamiento, esperando a unos compañeros de la Policía Local con los que suele desayunar, salió corriendo.
Enrique Marí, que preparaba café en su casa, frente a la finca desplomada, salió primero al balcón. "Pensé: esto no es de una obra, ahí ha pasado algo". Ellos encontraron a la pequeña Rocío con escombros hasta el cuello. "La sacamos tan rápido como pudimos. Pero su hermana, la pobre criatura..." A pocos metros, sólo parcialmente sepultada, estaba su madre, Lola, que herida en una pierna salió por su propio pie. Y a una manzana, en el taller, el esposo y padre de las víctimas trabajaba ajeno a lo ocurrido hasta que oyó sirenas, gritos y carreras.
"Ha sido horrible. Pero nada se pudo hacer por la chica y el hombre", dijo Enrique, apodado El Raja, quien también encontró, ya sin vida, a Andrés Valiente. Vivía en la segunda planta. Estaba aún durmiendo cuando ocurrió el siniestro. El colchón de su cama formaba parte de las más de 20 toneladas de escombros que fueron retiradas del bajo.
Efectivos de bomberos, Policía Local, Guardia Civil, Samu, Cruz Roja, Protección Civil y psicólogos especialistas en atención a víctimas y familiares tomaron el corazón de Almàssera. Los vecinos se echaron a la calle para ofrecer ayuda a unos 40 vecinos de edificios colindantes que fueron desalojados y, de momento, no podrán volver a sus casas. El Ayuntamiento ha dispuesto alojamientos para quienes lo precisen.
Joaquín Torán, arquitecto municipal, apuntó la posibilidad de que el edificio, de unos 40 años de antigüedad, tuviera aluminosis, "lo que junto a la humedad visible, habría afectado a la construcción". Algunos vecinos recordaron que hace seis años se derrumbó un balcón, y hace tres el suelo del baño del tercer piso, con bañera incluida, se desplomó sobre la planta inferior. Una empresa privada, según dijo el alcalde, Enrique Ramón, hará el informe técnico. Entretanto, Rocío se recupera de las heridas en el Hospital Clínico, y su madre, en el hospital La Fe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de mayo de 2002