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El embajador de España pide 'condiciones mínimas' para que las empresas permanezcan en el país

El embajador de España en Argentina, Manuel Alabart, aseguró ayer que las empresas españolas 'quieren seguir estando y seguir aportando' para que el país 'retorne muy pronto a la senda del crecimiento', pero advirtió que para ello es necesario que 'se produzcan las condiciones mínimas' que se lo permitan.

Alabart, que participó en el acto de entrega a las autoridades argentinas de un cargamento de 5.700 frascos de insulina donado por España en una campaña organizada por la cadena de radio COPE, el Colegio de Farmacéuticos y Liga de Diabéticos, señaló además que las empresas españolas que hicieron inversiones saben 'que las dificultades se pueden superar, porque si bien son profundas, son coyunturales y tenemos la esperanza de que la situación se revertirá'.

Los más de cinco millones de unidades o dosis de insulina entragas en Argentina asegurarán el tratamiento de 1.000 enfermos de diabetes durante tres o cuatro meses, según explicó Juan Carr, portavoz de Red Solidaria, la organización que junto a la Asociación de Diabéticos de Buenos Aires se encargará de la distribución de la insulina.

Un anterior cargamento de 1440 frascos llegó el 1 de marzo pasado. Carr agradeció la solidaridad del pueblo español y la colaboración de Aerolíneas Argentinas, 'que no sólo hizo el transporte sino que puso personal especial para una carga comprometida', y de la Cruz Roja. Todo el cargamento sorteó en pocos minutos los trámites de aduana, lo que contrasta con la demora de semanas que han sufrido otros envíos de ayuda humanitaria que han llegado a Argentina por vía marítima.

Con el despliegue de medios de comunicación que había ayer en el aeropuerto internacional de Ezeiza 'si un funcionario complicaba las cosas, tenía que explicar al país a través de las cámaras de televisión porqué lo complicaba', dijo Carr.

La falta de insulina en Argentina tiene que ver con la ruptura de la cadena de pagos; las obras sociales no pagan a las distribuidoras y éstas no entregan el medicamento que llega del exterior. 'La culpa es de un Estado que no existe. Uno reclama a la Superintendencia del Servicio de Salud y ahí te dicen que todo está fantástico', se lamentaba Néstor Loreto, presidente de la Asociación de Diabéticos de Buenos Aires.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de mayo de 2002