Los extranjeros podrán comprar terrenos agrícolas en Rusia. Así lo establece la primera ley reguladora de la compra y venta de la tierra de uso agrícola que ha aprobado el Parlamento ruso. Con 256 votos a favor y 143 en contra, la Duma estatal (Cámara Baja) ha pasado en primera lectura un polémico proyecto de ley gubernamental, que todavía puede sufrir alguna alteración cuando se vote en segunda lectura.
De los cinco proyectos de ley que la Duma debatió acaloradamente esta semana en una sesión extraordinaria, el proyecto gubernamental, finalmente aprobado, era uno de los más liberales, pero también uno de los más imprecisos en varios puntos clave, por lo que es previsible que batallen todavía encarnizadamente los comunistas, los representantes del partido agrario y una parte de los diputados que en general apoyan al presidente Vladímir Putin, pero sienten la oposición de su electorado en uno de los grandes temas de la reforma en Rusia.
En función de la ley, los extranjeros tendrán derecho a comprar tierras agrícolas en Rusia excepto en zonas fronterizas y otros territorios a especificar en una disposición especial del presidente Putin. Las regiones rusas podrán determinar la superficie de las tierras agrícolas que saldrán a la venta y también la concentración máxima en manos de un solo propietario. Las administraciones regionales no podrán poner limitaciones máximas más bajas que las normas de validez general para el Estado, que, a tenor del espíritu generoso de la ley, serán de un 35% de las tierras agrícolas de un distrito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de mayo de 2002