El espionaje estadounidense ha interceptado en los últimos meses una serie de comunicaciones conflictivas entre miembros de Al Qaeda que revela que esa organización terrorista está intentado llevar a cabo una acción tan grande como el ataque del 11 de septiembre, según funcionarios y agentes.
Pero así como las amenazas del verano pasado dejaron a los analistas de contraterrorismo imaginarse las intenciones de Al Qaeda y creyéndose que el ataque se produciría fuera del territorio estadounidense, los nuevos mensajes interceptados son tan generales que han dejado al presidente Bush y a su equipo de contraterrorismo en la oscuridad sobre el tiempo, lugar y método de lo que algunos funcionarios llaman la segunda oleada de ataques. Sin embargo, en el último mes aumentaron los indicios de que el ataque podría ser en Europa, la península Arábiga o Estados Unidos.
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Los funcionarios describen los mensajes interceptados como crípticos y ambiguos en comparación con los utilizados en la primavera pasada y a principios del verano, cuando los miembros de Al Qaeda hablaban también de una gran acción. Esas señales fueron las que se presentaron a Bush.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de mayo de 2002