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Crítica:POP

Signo de los tiempos

Pasaron un año en la India, bajaron al moro para estar con Paul Bowles, se prepararon en palacios de sultanes y vendieron más de un millón de ejemplares de Fata Morgana. Los sonidos exóticos impregnaron a unos músicos de la cosmopolita Berlín, que llevaban en su código musical el rock progresivo de los setenta.

Dissidenten fueron pioneros en explorar los ritmos del mundo. Pero aquel colectivo de nómadas sigue en movimiento y mantiene su independencia. Su disco 2001: A world beat odyssey, celebración de su vigésimo aniversario, recoge temas anteriores -Instinctive traveler, Jungle book, Love supreme...- remezclados por DJ's. Su música ya no sorprende. Ellos se adelantaron, pero la tecnología ha permitido la puesta en órbita de elementos tan brillantes como Nitin Sawhney, y casar una raga asiática con la rítmica binaria no supone una novedad. Con ellos estuvo Tomás San Miguel, que aportó su acordeón a piezas que en directo se estiran y generan amplios espacios. El concierto reflejó la evolución de Dissidenten: del etnobeat al etnoclub. Signo de los tiempos.

Dissidenten

Friedo Josch (flautas, DJ), Marlon Klein (eletrónica, percusión), Uve Müllrich (oud, guitarra), Manickam Yogeswaran (voz, percusión india), Esther Bertram (voz) y Annahd (efectos visuales). Invitado: Tomás San Miguel (acordeón). Fiestas de San Isidro. Plaza Mayor. Madrid, 18 de mayo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de mayo de 2002