Una 'familia' británica tomó ayer posiciones en los escaparates de los grandes almacenes Harrods en la primera jornada de su extraña función como maniquíes vivos. En realidad, los cuatro familiares -los padres Carl Newman y Sarah Wooster, cuarentones ambos, y los hijos Steve Wilson, de 18 años, y la joven de 17 años Charlie Parker- ni se conocen bien ni venden sus respectivos vestuarios. Son cuatro voluntarios de distintas partes del Reino Unido, seleccionados entre miles de candidatos, que se han prestado a intervenir en la última versión comercial del Gran Hermano. Durante ocho horas de cada jornada de esta semana, convivirán dentro del escaparate a la vista de cientos de turistas y londinenses. El espacio es reducido, pero incluye una cocina, un minigimnasio y una sala equipada con aparatos de tecnología sofisticada que acaban de salir al mercado. Ayer, al mediodía, se sentaron a comer poco después de que Steve atendiera una llamada en su móvil y de que los cuatro posaran para cámaras de televisión. La gente, mientras tanto, se detenía divertida por el insólito espectáculo de ver a ambas parejas detrás de las cristaleras. Algunas personas intentaban llamar su atención, y en ocasiones lo lograban, pero pocas captaban el reclamo publicitario que se esconde detrás del experimento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de mayo de 2002