El otro día, como todos los días, tras comer me senté con el café para ver la novela de la primera cadena.
Cuando llevaba un rato relajada en esta actividad intentando meterme en el asunto, de pronto cortaron bruscamente la emisión para dar un avance informativo.
Mi corazón se encogió haciendo caso a mi memoria, porque siempre que había pasado esto en situaciones anteriores era para dar noticias tremendas que habían sucedido en ese preciso instante como: el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el atentado del 11 de septiembre de 2001, hace unos días la explosión controlada de un coche bomba en el barrio de Vallecas.
Pero... ¡cuál fue mi sorpresa cuando vi la imagen de un avión y una locutora nos daba la enorme noticia de que la plantilla del Real Madrid había pisado tierra patria!
Se me congeló el semblante, y de paso el café, al darme cuenta en qué orden de prioridades está para los medios informativos de este país los acontecimientos futbolísticos, madridistas para más señas.
Y digo yo: ¿es preciso un susto al corazón para exhibir los logros españoles en el extranjero?
¿Qué nos venden, verónicas de Raúl con la bandera española a cualquier hora? Esto me suena a...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de mayo de 2002