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Una paralítica pide la legalización de la eutanasia en Francia

Dominique Knockaert, una mujer de 44 años que no puede hacer uso de piernas ni brazos desde su nacimiento, ha pedido la apertura de un debate parlamentario para obtener el derecho a beneficiarse de la eutanasia en Francia, su país. Esta mujer no pretende suicidarse, ni pedir ayuda para hacerlo de inmediato, sino reservarse esa posibilidad en caso de que su situación futura le conduzca a una lenta agonía.

Cuando eso ocurra, Dominique Knockaert no quiere que las personas que le ayuden actúen en la clandestinidad o se expongan a persecuciones legales. 'Tengo muchas ganas de vivir. Esto es un proyecto a largo plazo', ha aclarado la interesada, cuyo propósito real es que le permitan expresarse ante los diputados y senadores franceses para defender cambios legislativos como los que ya existen en Holanda y Bélgica, los dos primeros países que han introducido el derecho a la eutanasia en ciertos casos y con severos controles.

Debate abierto

Por el momento, la acción de la mujer paralítica francesa se dirige a obtener el reconocimiento del poder legislativo de su país, antes de contemplar acciones ante una jurisdicción francesa o europea. El caso de Dominique Knockaert es diferente al de la británica Diane Pretty, fallecida a principios de este mes, unos días después de que el Tribunal Europeo rechazara una petición para que su marido le ayudase a morir. Tanto su caso como la adopción de la legislación belga, la semana pasada, han lanzado de nuevo el debate.

Esta mujer francesa es uno de los 27.000 miembros con que dice contar la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente (ADMD), que conduce una campaña en pro de la legalización de la eutanasia. Esta entidad pide a sus simpatizantes que inunden de solicitudes a los candidatos a las próximas elecciones generales en Francia, convocadas para el próximo mes de junio, a fin de que precisen su postura.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de mayo de 2002