Teófilo de Luis, en nombre del PP, descartó las modificaciones en el Código Penal para tipificar como delito el maltrato y la crueldad con los animales indicando que sería inoportuno y poco apropiado cambiar el código a 'impulsos de indignación social'. Lamentablemente, es a impulsos de indignación social cuando los políticos cambian sus programas y se acercan a sus votantes. La historia de los derechos humanos se encuentra llena de ejemplos. ¿Acaso los políticos eran sensibles a los derechos de los homosexuales o las mujeres hace muy pocos años?
Es la indignación social la que hace que se les caiga la cara de vergüenza, como se les debería caer cada vez que se tortura animales con total impunidad, como ocurre día tras día en un país en donde asesinar animales se le llama afición o cultura. La consecución de derechos para todos los animales va a ser el gran debate ético y moral de los próximos años. Los animalistas llevamos años trabajando duro para conseguirlo. A la sociedad y a los políticos que la dirigen corresponde el deber moral de hacerlo cuanto antes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de mayo de 2002